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PHILADELPHIA KIDS-CAIPI

PHILADELPHIA KIDS-CAIPI

Maternal 1: 7 Meses a 1 año y medio

Maternal 2: 1 año y medio a 2 años

Maternal 3: 3 años After School Cuidado

En Philadelphia International School nuestro propósito es contribuir al
desarrollo integral del niño y la niña como personas individuales,
como integrantes de las diversas organizaciones sociales (familia,
vecindario, centro o programa educativo, comunidad) y como
integrantes de una gran familia, la Iglesia.
Por este motivo consideramos tres áreas del
desarrollo personal social de los niños y las niñas.


1.- El niño o la niña en relación consigo mismo

En los primeros años de vida se inicia el proceso de construcción
de la identidad a partir de la diferenciación gradual entre
él/ella y el mundo exterior. Esta discriminación entre el Yo y No
Yo, producto de los intercambios con el entorno físico y social
más próximo es lo que les permite reconocer la existencia de
personas y objetos diferentes a sí mismos. 

2.- El niño o la niña en relación con el entorno social 

El proceso comienza con el desarrollo del sentimiento de apego
hacia la madre o persona que los atiende y se hace extensivo a
otros miembros de la familia, sentando las bases de confianza
para futuras relaciones interpersonales.
Si el primer vínculo afectivo brinda al niño/a seguridad y
confianza, se promoverá en ellos un sentimiento positivo de
pertenencia hacia su grupo familiar. Progresivamente, el niño/a
se integrará con otros adultos y pares en actividades de juego y
recreación expresando sus sentimientos y necesidades y respetando
las de los otros, desarrollando hábitos y actitudes relacionados
con la convivencia social.
En la medida que van conociendo y participando en la vida de su
comunidad (familia, barrio, escuela) y en sus manifestaciones
culturales (fiestas, folclore, tradiciones, etc.) irán
desarrollando el sentido de pertenencia cultural y las actitudes
de respeto y valoración hacia la misma.

3.- El niño o la niña y su relación con Dios

Para aprender a amar a Dios, la niña y el niño deben
descubrirse y aceptarse a sí mismos y vivir en un ambiente donde
las relaciones interpersonales sean afectuosas y armónicas.
Sentirse aceptados y queridos sin condiciones, apoyados en sus
esfuerzos y comprendidos en sus errores.
Por otra parte, descubrir a Dios en su vida cotidiana como creador
de la naturaleza que los rodea, contribuirá a que asuman la
responsabilidad y el compromiso de cuidar el entorno y agradecerle
por todos los dones recibidos.

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